Paolo Basso, al fin campeón del mundo.
El que la sigue, la consigue. Para el sumiller suizo Paolo Basso, 46 años, subcampeón del mundo en 2000, 2007 y 2008, a la cuarta fue la vencida: se ha proclamado nuevo campeón tras la final celebrada en Tokio. Basso también fue campeón de Europa en 2010. Ante un jurado en el que se encontraban ex campeones de gran renombre como Olivier Poussier o Andreas Larsson, en la final Basso brilló en las pruebas de servicio del vino y de identificación de destilados, pero no así en la de vinos. Ni él ni los demás finalistas. Está claro que la cata a ciegas no es un elemento decisivo en estos campeonatos...
Una vez más, el participante español no pasó el corte de la primera elminatoria. Esta vez era Raúl Igual, propietario del restaurante Yaín de Teruel, campeón de España 2010, quien el otoño pasado ganó la prueba de clasificación al imponerse a los campeones de 2011 y 2012. Basso, profesional de larga experiencia y muy conocido en el gremio, es actualmente propietario de una consultora en vinos en Lugano (Suiza). Es frecuente y preparadísimo competidor en este tipo de torneos: su título europeo también le costó, alcanzándolo a la tercera tentativa. En el campeonato de Tokio, la incapacidad de los candidatos en la última y esperada prueba, la de cata a ciegas de vinos, impidió a sus contrincantes desbancar a Basso, quien no acertó ni uno solo de los vinos que se presentaron. Éstos eran un chenin blanc de Sula (India), un monastrell jumillano, un pinot noir israelí y otro pinot, pero éste de su patria originaria: un Beaune 1er cru Aigrots 2005. Basso confundió el chenin blanc indio con un koshu japonés, y "colocó todos los tintos en Italia", informaba a través de Twitter la enóloga japonesa formada en Alemania Tomoko Kuriyama, cuya pequeña firma de 'négociant' en Borgoña, Chantegrives, está ganándose muchas alabanzas en la prensa internacional. Kuriyama ha seguido con atención el campeonato. Los dos puestos en el podio fueron para la canadiense Véronique Rivest, primera mujer finalista en un Mundial, y el belga Aristide Spies.