MAS DEL SERRAL 2010 de Pepe Raventós, primer espumoso catalán al que la prestigiosa revista THE WORLD OF FINE WINE dedica dos páginas enteras.

La revista con mayor reconocimiento internacional del mundo del vino: The World of Fine Wine, de la mano de Andrew Jefford -periodista británico de reconocimiento en todo el mundo- dedica dos páginas enteras a la espumoso Mas del Serral y Pepe Raventós.

Nunca antes esta publicación – considerada por muchos la de mayor calidad y prestigio internacional en el mundo del vino. - había dedicado dos páginas enteras a un espumoso fuera de la Champagne.

En su artículo de opinión, Jefford se centra única y exclusivamente en Mas del Serral y de forma poética, casi metafórica; explica los orígenes de Mas del Serral y la historia personal que hay detrás, centrándose así en la vertiente artística de este vino y de su creador; a través de pintura de "La Masía" de Joan Miró y ese momento en que Pepe Raventós decide volver a los orígenes.

A lo largo de un precioso relato que empieza con una delicada nota de cata, sutil, brillante donde describe las notas de Mas del Serral como: El vino es brillante. Un oro pálido, aunque verdadero oro por todo eso: oro que uno se imagina encontrar entre las sombras. Algo precioso, antiguo, escondido.

Algo esconde Mas del Serral que Andrew Jefford quiere explicarnos, algo que tiene que ver con que es un vino de granja. Una granja que estuvo en una pintura… sigue Jefford contándonos, sin contar: Disfruta, primero, de los olores de la paja, de las almendras, de las judías desgranadas, del tomillo, de la colmena. El vino está lleno de aromas, como la granja está llena de vida.

Pasamos por descripciones más que artísticas, casi históricas, donde el crítico de vinos compara Mas del Serral con el claustro de Santo Domingo de Silos "un panal de luz, perseguido por los dragones, centauros y sirenas imaginados por los talladores de piedra perdidos".

Y por fin llega la preciosa nota de cata: El vino es puro en la boca; es más grande y rico de lo que cabría esperar. Las burbujas revolotean en la lengua como abejas, con el polen cayendo de sus patas. La acidez del vino se asemeja más a un oleaje marino que transporta los contornos internos del sabor: todo limón, nada de manzana. El tanino también se percibe y se siente: una austeridad permanente dentro de la riqueza, que lo hace límpido y poco empalagoso. Tierra, plantas amargas, limones, paja, hierbas secas de la ladera, hierbas, piedra, polvo... y el sol en todo ello, el sol que tiñe de marrón la tierra de la granja, el sol que hace brillar los claustros. Impecable, elemental, tenso e impactante: eso es lo que hace la iluminación. Pero también tierna. Como la granja.

Como la granja. Y, por fin, nos descubre cuál es esta granja: “La Masia” de Joan Miró. Y cómo Pepe Raventós quedó impregnado por su belleza y pureza en el 2011 en la Tate Modern de Londres. "Vi la luz; visualicé esta granja".

“El bodeguero de 2011 se hizo eco del pintor de 1921. "Ese es mi lugar, de donde vengo. Son mis orígenes. Es lo que tenemos en el Mediterráneo. Ese es nuestro clima, esos son nuestros animales... nuestras plantas. Eso es lo que podemos ofrecer".

Este vino ya existía, pero La masía cristalizó su visión de lo que debía ser el Mas del Serral: "un camino con un único destino: el origen. Máximo potencial de la parcela. Xarel·lo; austeridad. Mineralidad, salinidad". Escribe y detalla Jefford.

Y en este precioso artículo, casi artístico, Andrew Jefford acaba con esta preciosa conclusión sobre la forma artística de hacer vino de Pepe Raventós: Ha intentado dotar al acto de la creación vinícola de la sinceridad de un esfuerzo artístico. Es la forma que tiene Pepe de contar la verdad de un lugar, su lugar, y esa verdad es algo hermoso que podemos llevar con nosotros en nuestros propios viajes. Mas del Serral, dice, es "un camí -- un camino. Llegará a donde tenga que llegar".