Malpastor 2020, el nuevo Rioja que muestra la tipicidad de la tempranillo de la Sonsierra.
Elaborado por La Carbonera, propiedad de Familia Torres, nace de viñedos situados a los pies de la sierra de Cantabria, seleccionados por sus suelos arcillo-calcáreos.
La Carbonera, el proyecto vitivinícola de Familia Torres en la DOCa Rioja, presenta Malpastor 2020, un vino crianza 100% tempranillo, fresco y elegante, que habla de la Sonsierra, de sus suelos y de su historia. Procede de viñedos en vaso de unos 25 años, dispuestos en suaves pendientes y pequeñas terrazas en las faldas de la sierra de Cantabria, en su mayoría dentro de la Rioja Alavesa, que se han seleccionado específicamente por sus suelos arcillo-calcáreos.
El enólogo Julio Carreter, al frente de la bodega desde hace más de 15 años, ha creado este nuevo vino desde su inquietud por conocer la influencia que tiene cada tipo de suelo en el vino.Malpastor es la expresión de la uva tempranillo en suelos pobres de margas calizas, que aportan al vino cuerpo y elegancia, además de una ligera sensación de sapidez o salinidad. Esto, combinado con el aporte frutal de la variedad y la untuosidad y finura derivadas del minucioso trabajo en lías durante la vinificación, hacen que este vino sea intenso y fragante, con deliciosos aromas de frutas y especias, y un tanino aterciopelado y jugoso, afinado por una crianza de doce meses en barrica de roble.
Tras cosechar la uva a mano, el vino permanece en contacto con sus lías durante un mes en depósitos de hormigón, que favorecen la microoxigenación entre la fermentación alcohólica y maloláctica, y tres meses más en barricas de roble americano y francés parcialmente nuevas, donde continúa su crianza hasta los 12 meses. Otros 6 meses como mínimo de descanso en botella completan el envejecimiento. Esta elaboración permite resaltar la tipicidad de la zona y el carácter frutal de la variedad, al tiempo que dota al vino de cuerpo y redondez.
Según Julio Carreter, “Malpastor es un vino que muestra la tipicidad de la Sonsierra, que fue tierra de pasto mucho antes que tierra de vino, y en cierto modo es un tributo a todo lo aprendido desde entonces. Conjugamos la tradición con la modernidad para elaborar un vino elegante que destaca por su carácter frutal, buena acidez y una madera bien integrada”.
Este vino se estrena con la añada 2020, que fue más temprana de lo habitual y estuvo marcada por las lluvias abundantes durante el ciclo vegetativo y de maduración. Fue un año atípico también en cuanto a temperaturas, con un invierno e inicio de primavera cálido y un verano y periodo de maduración suaves, con temperaturas mínimas por debajo de lo normal. La maduración de la uva se produjo de manera escalonada, lo que obligó a realizar una vendimia muy selectiva, parcela a parcela.
La Sonsierra, de pastores a viticultores
La Sonsierra se extiende por el sur de la provincia de Álava, norte de La Rioja y el suroeste de Navarra, un territorio que cubre la Rioja Alavesa y algunas zonas de la Rioja Alta. Está delimitada al norte por la muralla de la sierra de Cantabria y la sierra de Toloño y al sur por el río Ebro. A las faldas de la sierra, predominan los suelos de tierra parda caliza, muy pobres, desarrollados sobre margas, calizas y areniscas del Mioceno.
Los primeros que habitaron este lugar fueron tribus de pastores hace 4.700 años y del recuerdo de su existencia quedan todavía dólmenes y construcciones megalíticas esparcidas por la región. Siglos más tarde, ya en época romana, posiblemente hubo pastores que dejaron de serlo para convertirse en viticultores, demostrando valentía para hacer cosas diferentes. Es en recuerdo a estos pastores que abandonaron sus rebaños para dedicarse al cultivo de la vid que el vino se denomina Malpastor.
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