LVMH defiende su posición mientras los envíos de champán llegan a Rusia

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El gigante de las bebidas afirma que no puede controlar el destino final de sus productos, en medio de las acusaciones de envío de bebidas Moët Hennessy a Rusia a través de terceros.

 

LVMH, el conglomerado de lujo francés detrás de marcas como Moët Hennessy, Christian Dior y Bulgari, se enfrenta a las críticas tras las informaciones de que su champán ha entrado en Rusia a través de intermediarios, a pesar de que la empresa suspendió sus operaciones allí en 2022.

El medio de investigación La Lettre reveló que Moët Hennessy trabajó con distribuidores libres de impuestos de Estados Unidos, cuyas exportaciones acabaron en el mercado ruso. La compañía, sin embargo, ha negado cualquier irregularidad, haciendo hincapié en los retos de la supervisión de las redes de distribución a nivel mundial.

«Algunos distribuidores tienen actividades de exportación. Por lo tanto, es imposible para Moët Hennessy controlar el destino final de un producto comercializado por un distribuidor», declaró un portavoz de LVMH a preguntas sobre el informe. La empresa subrayó que todas sus operaciones respetan las leyes y sanciones internacionales.

El grupo de lujo cesó sus operaciones directas en Rusia tras la invasión de Ucrania, uniéndose a otras marcas occidentales en su retirada de la región. Sin embargo, las importaciones paralelas -una práctica legal que permite la entrada de productos en Rusia sin acuerdos directos con las marcas- siguen garantizando un suministro constante de artículos de lujo occidentales a los consumidores rusos.

Aunque los rusos acomodados siguen siendo ávidos compradores de artículos de lujo, su cuota en el mercado mundial del lujo es mínima en comparación con Estados Unidos y China, los principales mercados de crecimiento de LVMH.

De cara al futuro, la división de Vinos y Espirituosos de LVMH, que pronto será codirigida por el director financiero Jean-Jacques Guiony y Alexandre Arnault, se enfrenta a retos más amplios, como el debilitamiento de la demanda estadounidense y las actuales tensiones comerciales con China. A pesar de estos obstáculos, la marca mantiene su postura de cumplimiento y transparencia en todos los mercados.

La controversia pone de relieve las dificultades a las que se enfrentan las marcas de lujo a la hora de equilibrar las responsabilidades éticas con la distribución mundial, a medida que las sanciones y las tensiones geopolíticas reconfiguran el panorama de la industria.

Fuente de información: The Drinks Business

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