La Lune 2013
Tenía que llegar el día en el que, con palabras plasmadas en una página, pudiera hablar de uno de los vinos de Mark Angeli.
Conocí a este personaje en el invierno de 2013, en la Ferme de Sansonniére, en su pequeña en bodega en Angers, cuando debido a mi inquietud por comprender la biodinámica, decidí durante los meses de cierre de Mugaritz, viajar al Loira para hacer un stage con los mejores elaboradores en esta disciplina.
La Lune hace referencia a la luna, como homenaje al astro de vital importancia para este tipo de productores. Este quizás es el vino que mejor dibuja las creencias de Mark, la demostración líquida de que la biodinámica no es una tendencia, sino una religión y una forma de vida.
Los vinos no tienen que ser perfectos y La Lune enseña la perfecta imperfección desde la belleza más profunda, una botella que encierra infinidad de sentimientos, los de una persona que lucha por su filosofía.
Frutas de hueso maduras, yodo y miel como bandera, que ya avisan de la llegada de la uva reina del Loira, la Chenin Blanc, con un paso en boca que explica con voz tenue, que este vino no nació para ser fácilmente entendido y sí para ser lentamente reflexionado…
Un vino que se atreve a robar un hueco en la memoria, de aquellos que descorchan alguna de sus botellas, permaneciendo en un recuerdo cargado de personalidad, donde el líquido elemento se aventura a emocionar y a volver a recordar que los grandes vinos son aquellos que se sienten, que se viven y que se recuerdan.
¡Brindo por ello! ¡Salud!