Freixenet, un siglo de excelencia
A un líder, explicaba Jorge González Moore, lo hace la fuerza de su carácter y la persistente determinación para cumplir sus sueños. Eso es, precisamente, lo que ha llevado a Freixenet a cumplir el centenario de su primer cava como líder mundial de los espumosos de calidad elaborados bajo el Método Tradicional.
La compañía sigue en manos de la misma familia que elaboró esa primera botella hace un siglo, manteniéndose como el gran líder de exportación, con 150 millones de botellas que se venden en más de 140 países de todo el planeta. La visión internacionalizadora, la innovación, la búsqueda constante de la excelencia, la elaboración de los mejores productos posibles en cada segmento y la perseverancia han sido algunos de los valores que han contribuido al éxito de Freixenet a lo largo de su historia. Ya decía el poeta italiano Arturo Graf que la perseverancia es la virtud por la cual todas las otras virtudes dan su fruto. El presidente de Freixenet, Josep Lluis Bonet, identifica como claves del éxito de la compañía a lo largo del último siglo “la cohesión familiar, la visión a largo plazo, la apuesta por la calidad ofreciendo la mejor relación calidad-precio posible, la innovación, la pasión y la decidida internacionalización de la compañía”.
Pere Ferrer Bosch y Dolors Sala Vivé, los padres del actual presidente de honor de Freixenet, Josep Ferrer, asentaron los cimientos de la empresa y brindaron con aquella primera botella de Freixenet por su sueño, que no era otro que tener éxito, progresar, consolidarse y pasar el relevo ya cargado con un ADN que no era otro que el de la fórmula universal de talento, trabajo, tenacidad, ambición, afán de ser el mejor y que los relevos continuaran generación después tras generación.
Freixenet ha querido celebrar la efeméride con actos repartidos durante este año, desde catas y maridajes a presentaciones de nuevos productos. Con motivo de la celebración del centenario de Freixenet también se diseñó una última campaña televisiva navideña con la que rendir homenaje a la primera botella de cava Freixenet. Se recuperaron ‘burbujas’ históricas que han aparecido a lo largo de la larga trayectoria del anuncio. La cineasta Icíar Bollaín dirigió la nueva campaña de Navidad. También se están preparando diversos actos conmemorativos y se ha presentado, coincidiendo con Alimentaria, una edición especial del cava icono Reserva Real, de la añada 2007, un producto de la más alta gama alta que se convierte en millésimé para brindar por el centenario.
Uno de los proyectos más románticos que ha abordado Freixenet es la recuperación de la masía de la Freixeneda de Mediona, nombre que da origen a la marca. Su puesta en marcha también coincide con el centenario de la compañía. El proyecto lo ha impulsado el presidente de honor de Freixenet, Josep Ferrer, a sus 88 años. Han reconstruido viga a viga esta masía del siglo XIII que ha estado en manos de la misma familia durante 19 generaciones, y la están adaptando al negocio enoturístico.
Con uvas de la finca, el director enológico de Freixenet, Josep Bujan, ha elaborado su primer tinto, un cabernet sauvignon (70%) completado con viejas garnachas también presentado en Alimentaria. Con este tinto de limitada producción, Freixeneda 2011, Josep Ferrer quiere rendir homenaje a sus padres y a los orígenes de la marca. Y es que, como reconoce, “el mundo del vino tiene mucho de romanticismo y de sentimientos”. La recuperación de La Freixeneda, la que fue finca y masía del padre de Josep Ferrer (Pere Ferrer Bosch), llega tras la puesta en marcha para la elaboración de cavas artesanos Gran Reserva de añada de la que fuera casa y bodega de su madre (Dolors Sala Vivé) en Sant Quintí de Mediona, Casa Sala.
Francesc Sala Ferrés fundó en 1861 la Casa Sala, la primera marca exportadora de vinos en Sant Sadurní d'Anoia. Su hijo, Joan Sala Tubella, siguió con el negocio y, después de la boda de su hija Dolors Sala Vivé con Pere Ferrer Bosch, empieza el negocio del cava, en 1911. En 2011 se cumplieron 150 años desde que Francesc Sala comenzase su negocio vitivinícola, basado en la venta y exportación de vinos bajo el nombre de Casa Sala, que fue la primera empresa exportadora de Sant Sadurni d’Anoia.
Freixenet nacería como marca 53 años más tarde, cuando Dolors Sala y Pere Ferrer Bosch y decidieron continuar con la actividad de la antigua Casa Sala, pero elaborando cava. Bautizaron la empresa con el nombre Freixenet, diminutivo derivado de la finca familiar de los Ferrer, la Freixeneda. Josep Ferrer afirma que “de Pere Ferrer y Dolors Sala heredamos, mis hermanas y yo mismo, el legado vitivinícola de Freixenet y sobre todo la pasión por la calidad para prestigiar la marca, el afán de progreso y un sueño”. Añade que “nuestros padres soñaron en prosperar y que un día, quizás, podrían internacionalizar Freixenet instalándose en la Champagne y en las mejores zonas vitícolas del mundo para elaborar vino espumoso. Nos gusta mirar hacia atrás, cuando ahora ya están incorporados miembros de cinco generaciones en la empresa, y ver que aquellos sueños son hoy una realidad”.
En tan sólo 25 años de gestión de Josep Ferrer, Freixenet tuvo una progresión espectacular, de pequeña empresa familiar a Nº 1 mundial sin perder la naturaleza 100% familiar siempre basada en el ADN que le insuflaron sus fundadores. La innovación enológica y el talento creador nunca ha dejado de ser una de las razones de ser de Freixenet consciente de que la propia evolución del mercado la demandaba. Así ha ido creando nuevos cavas para satisfacer a los consumidores más exigentes y los ha agrupado en una colección Cuvées de Prestige, que conforman la gama más amplia del sector en el segmento más alto. Ninguna otra bodega tiene una gama semejante.
Ya líder de los vinos espumosos comenzó para Freixenet una nueva etapa convencida de que la calidad es diversa en tipos de vino y orígenes, y se implanta en otras zonas vitivinícolas del mundo. Así hoy, 100 años después de que saliera al mercado la primera botella bajo la marca Freixenet, este nombre no sólo ampara una excelente gama de cavas sino también el grupo vitivinícola integrado por 21 bodegas en siete países, en las mejores zonas vitícolas de tres continentes: Europa, América y Oceanía.
Su multinacionalización la llevó a construir bodegas como Gloria Ferrer en California, Sala Vivé en México, Wingara en Australia, en Argentina o adquiriendo una de las maisons con mayor historia de la Champagne, Henri Abelé. También la apuesta por algunas de las mejores denominaciones de origen de España ha sido decidida, como es el caso de la Rioja (Solar Viejo), Ribera del Duero y Rueda (Valdubún), Priorat (Viticultors del Priorat / Morlanda), Montsant (Fra Guerau) o Rías Baixas (Vionta).