Enoturismo en La Champagne (Segunda Parte)
(Esta segunda parte sigue a mi primer artículo sobre Enoturismo en La Champagne)
Una vez imbuidos de la especial atmósfera de la Champagne, y después de haber descansado en una “chambre d'Hôtes” en Moussy, cercana a la población de Épernay (tiempo tendremos de hablar de esta forma de alojamiento), proponemos una nueva ruta a visitar en esta zona vitivinícola mundialmente conocida.
Visitaremos el sur de la Champagne y nuestra primera parada será para visitar a uno de los pequeños viticultores con más prestigio en el mundo. Como les explicábamos en la anterior entrega de enoturismo, las visitas hay que concertarlas con tiempo, ya sea en una gran maison o un pequeño viticultor, como es el caso. Se trata de Vincent Laval, un amante del champagne de la cabeza a los pies. La verdad es que por las imágenes que había visto de él y lo poco que había podido leer al respecto de su trabajo, me había forjado una imagen que no tiene nada que ver con la realidad. Vincent nos recibió con los brazos abiertos, y nos explicó, con todo lujo de detalles muchas de las cosas que hace y cómo llegó hasta el día de hoy.
Como comentaba anteriormente, tenía poca información al respecto de este viticultor, y él mismo explica en su página web (www.georgeslaval.fr) , que “mi padre me aconsejó en su momento que no me dedicase a la viticultura, porque no me ganaría la vida con este oficio”. Nada más lejos de la realidad, Vincent, a día de hoy, se gana muy bien la vida, ya que sus vinos son de los más valorados, tanto cualitativa como cuantitativamente.
El Enoturismo es aquel viaje que uno realiza para conocer a fondo las raíces del vino
Nos llevó a pisar sus viñedos, situados en la colina que queda justo por encima del pueblo de Cumières (realmente está tocando a la población), justo en el centro de la colina, donde tiene plantadas vides de pinot noir. De aquí salen y saldrán grandes vinos en los próximos años. En próximas ediciones de nuestra revista publicaremos la interesante entrevista que le realizamos.
Después de catar con Vincent alguno de sus excelentes productos, nos dirigimos hacia un lugar de obligada visita, turísticamente hablando. Nos desplazamos hasta la cercana población de Hautvillers, a unos 10 minutos de trayecto de Cumières, donde se encuentra la tumba de Dom Pérignon. Para los amantes del vino, quizás no es el lugar más atractivo de visitar, pero como ya comentábamos, el enoturismo no és sólo catar vinos, sino también es historia, cultura y gastronomía, entre otras cosas.
Aunque la población de Hautvillers es muy pequeña (apenas 840 habitantes), la cantidad de productores que tiene, proporcionalmente hablando, es altísima, ya que hay más de medio centenar. La visita se puede realizar a pie, y una de las curiosidades de este coqueto pueblecito, es que la mayoría de las casas tienen en su entrada unos identificadores, en forma de dibujo, que describen los oficios que realizan las personas que viven en cada casa. Obviamente, muchas de las casas tienen el dibujo de un racimo de uvas, como viticultores que son, pero vimos diferentes y variopintos oficios: peluqueros, panaderos, músicos,…
Como dato interesante a conocer, para entender lo de que es lugar turístico de “obligada visita” es que en un año, el número de visitantes que recibe este pueblo, se acerca a los 140.000, y que de éstos, curiosamente, un 60% son belgas. El 40% son del resto del mundo, y últimamente la presencia de visitantes chinos se está incrementando notablemente.
Por último, visitamos, cómo no, la tumba de Dom Pérignon, del que la “historia” dice que es el inventor del Champagne. Este es un dato que nunca se ha contrastado al 100%, por lo que lo dejamos para que los investigadores intenten certificarlo.
Después de la visita a esta población, nos podemos tomar un receso y comer algo, ya sea en el único restaurante que encontramos allí, o bien desplazarse hasta alguna población cercana con más opciones (Epernay está relativamente cerca y tiene más posibilidades). Todo dependerá de hacia dónde se dirijan ustedes. En nuestro caso, nos quedamos con la opción de comer en el restaurante del pueblo, el “Café d´Hautvillers”, ya que seguíamos camino hacia el sur y no andábamos muy sobrados de tiempo.
Después de esta breve pausa, seguimos nuestra ruta, concretamente para realizar lo que llaman la ruta de la “Côte des Blancs”. En este maravilloso paseo, se pueden visitar las poblaciones de Pierry, Cramant, Avize, Oger, Vertus, Beaunay y Etoges, entre otras. No cabe duda de que todas tienen su punto de interés, por uno otro motivo, pero en una tarde no puedes pararte en todas, simplemente por una cuestión de tiempo.
En la época en la que visitamos la zona, tuvimos la suerte de que estaban a 1 semana de la vendimia. En la Champagne, lo que sería el Consejo regulador, decide a partir de qué día se puede empezar a vendimiar. A partir de la fecha que se marca como inicio de la vendimia, cada Maison o viticultor decide el día en el que pone en marcha el proceso de recolección de la uva, pero nunca antes de la citada fecha. Y a tan pocos días del inicio, los viñedos estaban espléndidos, con las uvas “a punto de caramelo”, con una imagen idílica de unos viñedos a los que parecía que habían peinado y alineado para pasar revista, como si se tratase de una compañía del ejército. La verdad es que una de las imágenes que impactó en la retina del que les escribe, es la perfección visual que desprenden los viñedos, con líneas obscenamente bien definidas, lo cual dice mucho del mimo y la perfección que buscan los viticultores en todos los aspectos de su trabajo.
Cramant, Avize y Le Mesnil-Sur-Oger, son lugares que les recomendamos para hacer una parada y dar un paseo por los pueblos, así como por los aledaños. Si se atreven, suban por los caminos que dan acceso a lo alto de las colinas para deleitarse con preciosas vistas. Si tuviese que recomendarles desde estas páginas una de estas poblaciones, y con toda la modestia del que les escribe, les diría que dediquen un buen rato a Le Mesnil-Sur-Oger.
En esta pequeña población se elaboran los mejores Blanc de Blancs de la Champagne. Casi todas las grandes Maisons tienen alguna parcela en esta área geográfica, ya que por las características de la zona, tanto de suelo como climáticas, aquí se dan las mejores condiciones para el desarrollo de las chardonnays que dan lugar a grandes champagnes. Sin ir más lejos, la Maison Krug, tiene aquí uno de sus templos sagrados y donde crece uno de los iconos del champagne en el mundo: el Clos du Mesnil. Un espacio que pudimos visitar en plan furtivo, ya que nos colamos, sin permiso, por una puerta lateral, y que nos permitió contemplar, tranquilamente, ese privilegiado lugar.
Hay más lugares exclusivos en la población, pero la tarde/noche se nos tiraba encima y el cansancio empezaba a hacer mella en todos los que formábamos parte de la expedición, por lo que les dejamos a ustedes que investiguen un poco cuáles son los otros “templos” que pueden encontrar en esta pequeña población del sur de la Champagne.
En nuestro caso, teníamos el “centro de operaciones” en la Chambre d´hôtes de Moussy, pero si siguiesen hacia el sur, llegarían hasta Etoges. Allí podrían encontrar un alojamiento de categoría en el Château d´Etoges. Un lugar con un entorno muy atractivo y tranquilo al mismo tiempo. Habitaciones amplias, con un decoración con un cierto aire clásico, y con un servicio muy amable y atento que se pone a disposición del cliente para cualquier cosa que puedan necesitar.
Como dicen en aquellos lares… à suivre (continuará)
Chambres d´hôtes vs Châteaux
En Francia, a la hora de hacer enoturismo, existen, como no podría ser de otra forma, diferentes formas de alojamiento que pueden cumplir con las expectativas de cualquier visitante de la zona: hoteles, chambres d´hôtes, Châteux, alquileres de apartamentos,… Pero nos centramos en las dos opciones que son más propias de la cultura francesa: las “Chambres d´hôtes” y los “Châteux”. Son dos opciones muy diferentes, pero ambas válidas para cualquiera que quiera alojarse en la Champagne.
Nosotros tuvimos la oportunidad de "catar" la primera, ya que durante 3 días estuvimos alojados en La Loge Turbanne (http://laloge.pagesperso-orange.fr/indexx.html). Son establecimientos en los que los viticultores ponen habitaciones de su casa a disposición de huéspedes. Normalmente incluye el desayuno y compartes zonas comunes como el comedor y el salón con el resto de los que se alojan en la casa. Es una opción más económica que la opción de los “Châteaux”. Estos tienen la mayoría de los servicios de un hotel, pero son muy característicos de Francia y, obviamente, de la zona de la que estamos hablando.
En este caso, pudimos visitar el Château d´Etoges (www.etoges.com). El entorno típico de un castillo hace que sea muy atractivo para los sentidos y nos transporta a otras épocas. Económicamente es más caro, pero tiene otra serie de servicios que no tienen en una chambre d´hôtes.