El vino es el producto agrario con mayor potencial internacional
El vino es el producto agrícola con más potencial en la exportación, con una ratio de intercambios mundiales sobre la producción del orden del 40%, según quedó patente en el primer Foro Empresarial Iberoamericano del Vino (FEIV). Es, por tanto, un alimento muy internacionalizado, pero que carece de un mercado universal, a causa de diferentes barreras (arancelarias, culturales, religiosas…), según manifestó, el secretario general de la Federación Española del Vino (FEV), Pau Roca.
Del 20 al 22 de febrero se celebra en la ciudad de Jerez de la Frontera (Cádiz) el primer Foro Empresarial Iberoamericano del Vino (FEIV), bajo la presidencia honorífica de S.M. el Rey Don Juan Carlos I; promovido por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y la Federación Española del Vino (FEV); con el alto patrocinio de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB); bajo los auspicios de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV); el patrocinio de Banco Santander y Amorim; y la colaboración del Ayuntamiento de Jerez, Fedejerez y del C.R.D.O. Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla de Sanlúcar y Vinagre de Jerez.
En él participan empresarios, bodegueros, investigadores universitarios y representantes institucionales de todos los países convocados: Andorra, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, México, Portugal, Perú, Uruguay y Venezuela, junto con España. Por tanto, reúne al primer país del mundo en términos de superficie de viñedo y producción (España), junto con algunos de sus principales destinos de exportación y actores crecientes en el Nuevo Mundo vitivinícola.
Tras conocer la coyuntura económica del sector vitivinícola de mano del director general de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), Jean-Marie Aurand, se abordó la primera sesión de trabajo sobre el entorno económico. En ese marco, Roca defendió como objetivo del FEIV el desarrollar del comercio del vino entre los países iberoamericanos en base a las relaciones culturales compartidas.
De hecho, explicó que el vino tiene en la actualidad muchas más fronteras comerciales que otros productos agrícolas. Se trata de distancias culturales, religiosas o sociales. Por ello, es necesario el desarrollo de políticas comerciales, basadas en la negociación de acuerdos para reducir barreras comerciales, bien sean culturales, técnicas o arancelarias.
“Con el fin de crear esta tendencia, lo más útil y efectivo es fomentar una alianza de países productores y/o consumidores”, en este caso iberoamericanos, destacó el secretario general de la FEV.
Ramón Vélez, director general del Consejo Mexicano Vitivinícola y presidente del Comité de Promoción del Vino Mexicano, abordó el potencial de México como país receptor de vino importado, pero también como productor pujante.
De hecho, México es un país con gran tradición vitivinícola (el primer país de América en el que se plantó vitis vinifera y donde se elaboró el primer vino americano). La voz del sector la representa el Consejo Mexicano Vitivinícola, fundado en 1948, que reúne a los productores de uva y vino. Según las estadísticas que presentó ante los más de 150 asistentes al FEIV, México cuenta con 25.000 hectáreas de viñedo, de las que 3.700 ha corresponden a viñedo de transformación para vino. Vélez identificó ese bajo peso porcentual del viñedo para vino dentro del total como un “factor limitante” del consumo de vino mexicano.
En este sentido, el sector del vino mexicano cuenta con una investigación desarrollada por el Ministerio de Agricultura, que identificó el potencial vitivinícola del país. Ese informe señala que México cuenta con dos millones de hectáreas potenciales óptimas para viñedo de transformación, incluso fuera de las zonas tradicionales (Baja California, Coahuila, Chihuahua, Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato…)
En cuanto al consumo, Ramón Vélez señaló que en la última década el mercado del vino en México creció un 100% en términos de volumen y un 157% en valor. Asimismo, recordó al auditorio que México es el destino para los vinos españoles donde se consiguen unos precios medios más elevados. Los datos de 2013 registran un consumo en este país centroamericano de 70 millones de litros, donde el 30% corresponde a vinos mexicanos (viene ganando cuota en los últimos años).
Este consumo creciente está altamente desarrollado con el desarrollo de la clase media en México (el vino es el producto con más crecimiento entre las bebidas alcohólicas consumidas por la clase media).
Vélez definió a México como un “caso de éxito” en el mundo del vino, además de ser un país con gran apertura comercial y contar con una ubicación geográfica estratégica y una mano de obra muy cualificada y competitiva.
Tras él intervino Agustín Velilla, subdirector general de Comercio Exterior de Productos Agroalimentarios del Ministerio de Economía y Competitividad. Situó a España como uno de los principales productores mundiales (el primero si se confirman los 50 Mhl de producción en 2013) y destacó que el vino es un producto “muy sensible” ante unas producciones cambiantes en volumen, con gran incidencia en los precios.
A su juicio, convendría establecer un debate sobre la conveniencia o no de seguir empleando como mensaje en los mercados exteriores que el vino español cuenta con una gran relación calidad/precio, lo que podría identificarse con que el vino español “se vende barato”.
Estableció una realidad para el sector: el menor consumo interno de los países productores, junto con los incrementos productivos y la aparición en escena de nuevos países consumidores y productores marcan como clave para el futuro la exportación.
Velilla abordó las últimas negociaciones comerciales que afectan al vino. Así citó la negociación con Canadá, para, entre otros aspectos, evitar tratos que restaran competitividad al vino español; así como las negociaciones, actualmente en curso, con India. En este mercado asiático el vino cuenta actualmente con barreras arancelarias del 150%, además de impuestos internos. Según avanzó, hay compromisos alcanzados para que haya una reducción del arancel al 75% cuando se firme el acuerdo y que se vaya reduciendo progresivamente hasta llegar al 30% (falta por determinar a qué segmento de precios afectaría este arancel superreducido). También citó, por su importancia la negociación con EE.UU. iniciada a finales de 2013 y que se verá impulsada en las próximas semanas.
Según expuso, a medida que los aranceles disminuyen, son menos importantes, salvo casos específicos; pero “aparecen barreras no arancelarias”, que en la actualidad son el mayor freno a las exportaciones. Al respecto, presentó al auditorio la página web del Ministerio www.barrerascomerciales.es, que recoge las barreras que afectan a las empresas españolas, donde hay alrededor de 30 barreras identificadas para el sector del vino.
Uno de los aspectos que más interés despertó fue la situación de la investigación antidumping y antisubvención al sector del vino de la UE por parte de China. Actualmente se están llevando negociaciones entre los sectores de ambas partes (Business to Business), con “interés” por parte de China de alcanzar acuerdos. En este sentido, Pau Roca, señaló que el último encuentro entre ambas partes se celebró el pasado 17 de febrero, pero se mostró prudente ante los resultados. El secretario general de la FEV planteó la necesidad de que se aproveche más a la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), que es “un foro internacional y un cuerpo multilateral de referencia casi soberano en el sector”.
En el mismo sentido, María Isabel Mijares, consultora y catedrática en Enología, miembro de la Real Academia de Gastronomía y del Comité de Organización del Foro, demandó más presencia de la OIV, así como una mejor comunicación de sus labores, Una reivindicación que fue asumida y recogida por el presidente de la OIV, Jean-Marie Aurand.
La última intervención de esta sesión correspondió a Frederico B. Saragoça, director de Empresas y Corporate, de la División de Banca Comercial del Grupo Santander. Destacó la larga presencia del Grupo Santander en Latinoamérica, así como el apoyo decidido al sector agroalimentario y dentro de él al vitivinícola, con equipos y servicios especializados. Explicó que en las inversiones internacionales dentro del sector del vino es esencial el trasvase de conocimientos. A este respecto indicó que el Grupo Santander cuenta con cerca de 14.000 oficinas en todo el mundo, lo que permite compartir conocimientos efectivamente.
Entre los servicios que ofrece el Grupo Santander destacó Portal Santander Trade, una herramienta de apoyo a la expansión comercial de las empresas e International Desk, que permite acompañar al cliente en su proceso de expansión, puesto que el cliente del Grupo logra tener en destino un interlocutor que le conoce en profundidad, así como sus necesidades.