Dom Pérignon Rosé 2002
(Dom Pérignon)
Fuere por la audacia excepcional que se le atribuye o por una gran capacidad visionaria o incluso por los azares de la vida, es inevitable citar al más famoso monje benedictino jamás conocido en el mundo del vino Pierre Pérignon, a la hora de aludir en cualquier coloquio amateur vinícola, las bondades que la segunda fermentación ha aportado a los vinos tranquilos de la Champagne desde el siglo XVII y es que este joven religioso fue el descubridor de dicha fermentación, o lo que es lo mismo, del método champenoise. En honor a su figura, desde 1921 la Maison Moët & Chandon elabora este magnífica cuvée a la que en 1959 se le sumó su versión Rosé la cual suele ser mucho más limitada y exclusiva que su versión original blanca. Un magnífico icono glamuroso del vino más aristocrático y festivo del mundo.
Vista
Rosado pálido cobrizo con destellos naranjas. Muy atípico.
Nariz
Tímida y sutil necesita tiempo para expresarse. Puntas de frutos rojos frescos, recuerdos de nectarina. Ligeras notas picantes al desprenderse el carbónico.
Boca
Poderosa, con mucha intensidad y profundidad. Realmente vínica pero muy equilibrada. Buen recuerdo frutal sin estridencias. Algo cítrico, elegante y con muchísima vida por recorrer.
Comentario
Con una botella inimitable, la excepcional versión rose de DOM ha sido calificada desde sus inicios como representación del lujo contemporáneo y sus precios lo demuestran, convirtiéndolo en objeto fetiche de los fieles seguidores del grupo LVMH. Pero no se dejen engañar por las apariencias. Detrás de todas estas bondades frívolas se esconde un vino técnicamente impecable y realmente arriesgado. Su apellido rosé queda totalmente aniquilado ante el paradójico vestido cobrizo. Su densidad vínica es notable y es probablemente la mejor creación del Chef de Caves Richard Geoffroy. Es un grande y será mejor en el futuro ya que no dudamos ni un segundo en poder guardarlo muchos años en bodega. Resérvenlo para ese momento seductor especial.