Doce Riojas excelentes según el MW Pedro Ballesteros.

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El prescriptor pone en valor la diversidad de la DOCa en una cata magistral para los participantes de la segunda edición de Rioja Camp, inaugurada ayer. Ballesteros explica qué es la excelencia en sostenibilidad, en el tiempo o en el estilo de un vino a partir de ocho tintos, tres blancos y un rosado de Rioja. MW Pedro Ballesteros: “Uno de los activos más importantes de la región es la capacidad de Rioja para reinventarse sin perder su alma”.

El prescriptor y Master of Wine Pedro Ballesteros, uno de los expertos en vino más reputados a nivel mundial, dirigió ayer un seminario de cata para los 24 participantes de la segunda edición del programa Rioja Camp, una experiencia formativa inmersiva, desarrollada por el Consejo Regulador para grandes profesionales internacionales del vino que esta semana recorren la Denominación para ampliar sus conocimientos sobre la DOCa.

La sesión "Grandes Excelencias de Rioja" ahondó en los factores que contribuyen, precisamente, a la reconocida excelencia y calidad de los vinos de Rioja, consolidando su reputación como una de las principales regiones vitivinícolas a nivel mundial. “Juntos trataremos de identificar los rasgos más característicos del pasado, presente y futuro de Rioja a través de la evidencia líquida contenida en la copa”, comenzaba Ballesteros. “La excelencia en el vino de Rioja se asemeja más a la excelencia en el arte que a los conceptos convencionales de excelencia de productos: se logra a través de una diversidad de antecedentes, condiciones y capacidades personales”.

A partir de la cata de doce vinos de Rioja, cada uno representando un aspecto distinto de la excelencia, el Master of Wine ha conducido el ejercicio, seguido atentamente por los participantes seleccionados para el programa. “La identidad de Rioja no se basa en un único estilo de vino, sino en una definición geográfica, una historia compleja y una actualidad dinámica”, afirmaba Pedro Ballesteros.

En concreto, un vino rosado, tres vinos blancos y ocho tintos de Rioja conformaron la muestra elegida por el MW para ejemplificar distintos patrones que componen Rioja, doce ejemplos excelentes de distintos ángulos desde los que aproximarse a la DOCa. A partir de ellos, Ballesteros pudo ilustrar la “excelencia en sostenibilidad” y la “excelencia en generaciones futuras”, y definir aspectos como la “excelencia en Viñedos Singulares” y “en viñedo viejo”, profundizando en la importancia y los matices del terruño, donde Ballesteros demostró la envergadura de la Denominación como una de las regiones vitivinícolas con mayor cantidad de viñedo viejo del mundo.

Elementos como la “excelencia en bodega”, degustando el arte de la vinificación; la “excelencia en la variedad”, donde el prescriptor resaltó la enorme calidad y singularidad de las uvas autóctonas de la DOCa Rioja; la “excelencia en el tiempo”, donde quedó patente la gran capacidad de los vinos de Rioja para envejecer con elegancia y calidad y la “excelencia en la marca”, argumentando cómo algunas bodegas han marcado un estilo distintivo dentro de la gran marca que es Rioja, creando vinos excepcionales, también fueron objeto de estudio en la cata.

Asimismo, la “excelencia en el ensamblaje” y “en el estilo” fueron también explorados en el ejercicio, sin olvidar la importancia del territorio, con aspectos como la “excelencia del lugar” y la “excelencia en la zona o municipio”. “Posiblemente, uno de los activos más importantes de la región es la capacidad de Rioja para reinventarse sin perder su alma”, concluyó Ballesteros.

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