Champán en tierra de cava
El consumo de champán en España durante los últimos cinco años ha experimentado variaciones notables en función de distintos factores, aunque el más relevante es atribuido por el Bureau du Champagne en España a la crisis económica internacional y también a la española, “lo que ha afectado los hábitos de consumo de los españoles”. De los 4,5 millones consumidos en 2007, España ha pasado a los 3,1 millones en 2012. Para encontrar una cifra de ventas más baja cabría remontarse a 2005.
Sin embargo durante los años 2010 y 2011 se registró una cantidad de expediciones que se situó entorno a los 3,7 millones de botellas, cifra que el Bureau du Champagne en España considera como “el núcleo central de lo que España consume, sea cual sea la situación coyuntural económica u otra”. Durante muchos años España ocupó el octavo lugar de los mercados de exportación del champán, y tan sólo en los dos últimos años ha descendido hasta el noveno lugar del ranking mundial.
La pujanza de los mercados como el australiano han desplazado a España a esta posición, que sigue siendo privilegiada, tras los clásicos 3 primeros mercados de exportación para el champán: Inglaterra, Estados Unidos y Alemania. Para la directora del Bureau du Champagne en España, Núria Gené, “la situación actualmente es idónea, ya que España cuenta con más de 100 importadores profesionales de marcas de la Champagne, pertenecientes a todo tipo de elaborador: vigneron, cooperativa o maison. Asimismo, la formación de los sumilleres, de los compradores del canal HORECA y también de los consumidores ha avanzado de forma notable en los últimos años, según Núria Gené. Añade que “nos hallamos, pues, en un escenario idóneo para que el español compre, se deje aconsejar, consuma y especialmente descubra el universo Champagne y las múltiples propuestas en cuanto a sabor, ensamblaje, gusto y (también) precio que puede encontrar para su consumo. Si no fuera que la economía falla...”.
Desde la oficina española, con sede en Barcelona, también se recuerda que “el champán está considerado como un producto de lujo. Es, sin duda, un producto gastronómico de alta gama y sus precios corresponden a la calidad y trabajo que existe detrás de cada botella. Pero el avance más importante se ha dado en el momento en que el champán en España ha empezado a ser considerado como lo que es, como un vino. Un vino de la región de la Champagne, en Francia, un vino espumoso, el de mayor prestigio y universalidad en todo el mundo”. La accesibilidad a degustar el champán a copas, propiciada por los mejores bares (restauración o hoteles) ha atraído, según Núria Gené, “a un consumidor inteligente y curioso que empieza a consumir el champán como aperitivo o copa de media tarde”.
También considera que todavía existen ágapes en los que únicamente se bebe champán, pero las sugerencias de maridajes por parte de los gastrónomos y sumilleres, ha ampliado el espectro dirigiendo la atención del cliente a las múltiples posibilidades de momentos de consumo y de elección del tipo de champán. El núcleo de consumo de los 3,7 millones de botellas corresponde a un consumidor español informado y buen conocedor de los vinos espumosos, ya que, según Gené, “en su propio país tiene a uno de los más destacados de todo el mundo, y que por tradición y cultura, es amante del vino en general. La apertura y proximidad de tiendas especializadas en nuestro país ha fomentado que, aunque España sigue siendo un país marquista en cuanto a los grandes nombres de la Champagne, los consumidores hayan ido descubriendo ensamblajes, champanes de vignerons o calidades de las marcas más conocidas que se han adaptado mejor a su gusto personal, al momento de degustación (en familia, en celebración, etc.) y a su presupuesto”.
Otro factor importante de animación en el mercado es el turismo de calidad que continúa visitando España y que tiene como hábito el consumir champán de forma regular. Destaca la baza de un turismo que a lo largo de todo el año, aunque especialmente en los meses de verano, visita los mejores hoteles, restaurantes y discotecas de la Costa Brava, las Islas Baleares, Marbella o Sotogrande. Sin olvidar las grandes ciudades como Barcelona, Madrid o Sevilla. “Bilbao y San Sebastián entrarían también en este sector de capitales que reciben por motivos culturales, shopping y/o negocios o reuniones internacionales, a hombres y mujeres de todo el mundo, que además gustan de visitar los mejores restaurantes de nuestro país”, puntualiza el Bureau du Champagne en España.
Se refieren a franceses, alemanes o ingleses, cuya tradición y gusto por el champán está documentada desde hace años. Pero también Gené afirma que “podemos incluir a los rusos o a los japoneses, que a lo largo de los años han demostrado una pasión por el champán sofisticado (cuvées de prestigio, millésimés, rosados) que les han situado en el quinto mercado de exportación del Champagne. Indudablemente estos clientes esperan y encuentran una oferta de champanes adecuada a sus gustos y hábitos cuando se encuentran en nuestro país. Son, sin duda, unos consumidores fieles y clave, que complementan a los españoles en el panorama global”.
La realidad y las expectativas son pues, desde el punto de vista del Bureau du Champagne en España, optimistas, y a la vez realistas. La directora del Bureau añade que “queda mucho por avanzar para que España pueda ocupar el lugar que le corresponde en los mercados exteriores del champán pero el camino y la situación están en un punto óptimo para que esto hecho se produzca. Entretanto todos los profesionales vinculados a este universo del champán continúan sin cesar sus actividades de presentación de nuevas calidades, promoción y difusión de las excelencias del champán”. Lo hacen en toda España, donde no hay semana en que no se produzcan dos o tres catas dirigidas a ampliar la formación de los sumilleres, por no hablar de los clubs de degustación de consumidores cada vez más numerosos en nuestro país.
Desde el Bureau du Champagne en España, y siguiendo las directrices del Comité Champagne del que depende, “se ofrecen múltiples y diversas actividades, todas ellas encaminadas a acercar el champán al máximo de líderes de opinión y también al consumidor final, para que siga siendo considerado, tanto por los consumidores actuales como por los futuros que deberán descubrirlo y entre los que se encuentra una nueva generación de personas jóvenes que se inician en su degustación, como el mejor vino espumoso del mundo, que conlleva placer, sofisticación y joie de vivre”.
Para Pere Bonet, el director de Comunicación del grupo Freixenet, la única compañía española propietaria de una maison de la Champagne (Henri Abelé), el hecho de que España sea un país productor de grandes vinos y exista un consumidor avezado también a los espumosos de calidad elaborados siguiendo el método tradicional han favorecido, junto con la efervescencia turística y gastronómica, el éxito del champán en España. Recuerda, sin embargo, que la espectacular ascensión del cava en Francia ha sido también muy notable, alcanzándose ya cifras similares de ventas a las que goza el champán en España.
Para Henri Abelé, que mantiene una producción estable de unas 450.000 botellas anuales, España es su segundo principal mercado, tras Francia. Henri Abelé, con sede en Reims, es la tercera bodega más antigua de la Champagne. Desde 1757, “el enfoque de la compañía siempre se ha basado en elaborar, desde el respeto a la tradición, una gama completa de champanes en la que tiene un importante peso específico su colección de millésimées. Artesanía y la orfebrería pero con la ayuda de la tecnología actual”, También se enorgullecen de “un trabajo bien hecho, de acuerdo con los estándares más elevados”.
Torres, con una larga experiencia representando prestigiosas marcas de la Champagne en España y también en mercados internacionales, inició en 2013 la distribución en España de los champanes de la firma Lanson, una maison fundada en 1760 que actualmente está en manos del grupo Bruno Paillard. Desde Torres se afirma que “en nuestro país hay una fuerte demanda de champán entre los consumidores de nivel adquisitivo más alto y entre los más entendidos en vinos y espumosos. A pesar de que las ventas han caído debido a la crisis estos últimos años, sigue siendo un producto muy atractivo”.
La misión de Bodegas Torres es “dar soluciones a nuestros clientes, y es por eso que somos distribuidores de champanes desde hace casi 30 años. Una de las grandes ventajas de la casa es la fuerte capacidad de distribución que tenemos en todo el país, y éste es un factor que tienen mucho en cuenta las marcas de champán con las que trabajamos”. Por otro lado, “en Torres estamos muy vinculados a la alta gastronomía, y el champán nos permite diversificar la oferta de vinos de alta gama que elaboramos”.
Aunque los datos de expediciones de champán en el mercado español durante el 2012 “no acompañaron”, para Laia Rosal, la consejera delegada de Primeras Marcas, que distribuye la firma Roederer en España, “sí que hay margen de crecimiento del mercado del champán en España, precisamente porqué el turismo creciente y de calidad que recibimos consume este producto. Muy probablemente ha habido una disminución de consumo del consumidor nacional que se verá compensado por este turismo de calidad, que tiene posicionado el champán como el producto de lujo por excelencia”.
En lo que se refiere a Louis Roederer en particular, Rosal apunta que “podríamos decir que nuestro margen de crecimiento es importante, tanto a nivel de consumo nacional, donde todavía tenemos camino por recorrer, como a nivel de aprovechar este turismo creciente. Poco a poco Louis Roederer se va consolidando como una de las marcas familiares y de calidad de referencia”.
Laia Rosal, que es miembro de la familia propietaria de las cavas Juvé Camps, entiende que cava y champán “no se tendrían que comparar”. Reconoce, sin embargo, que al ser España un país productor de cava, con un fuerte arraigo de este producto, es inevitable que el consumidor establezca cierta comparativa. Entiende también que “a nivel profesional son conocidas las diferencias de variedades, clima, terroir, etc, y como éstos afectan en el resultado final. Incluso a nivel de consumo cada producto tiene su espacio al mercado puesto que tanto el consumidor, el momento de consumo y el posicionamiento de precio varían”.
El “extraordinario” momento que está viviendo la gastronomía española es terreno abonado para el crecimiento del champán en España según Primeras Marcas ya que “nos sitúa en el punto de mira a nivel internacional y una parte de este turismo creciente viene atraído por la oferta gastronómica”. Dicho esto, también recuerdan que “el consumidor nacional cada vez es más sensible y se interesa para aprender y conocer productos nuevos”
Bajo la batuta del catalán Jordi Vinyals, la facturación de Laurent Perrier se ha incrementado en el último ejercicio (de abril del 2012 a marzo del 2013), un 1,9%, hasta los 222,9 millones de euros pese a “un contexto económico difícil en Europa”. Vinyals se incorporó en agosto de 2012 al grupo Laurent Perrier como director general comercial, de desarrollo de marca y de comunicación. Especialmente significativo ha sido el repunte de Laurent Perrier en España (en el último ejercicio las ventas crecieron un 22%), el noveno mercado mundial para Laurent Perrier y también para el global del sector del champán. En lo que va de nuevo ejercicio sus ventas siguen creciendo en España, de la mano de la riojana firma Marqués de Riscal como distribuidora, por encima de los dos dígitos, entre un 10 y un 15%. Tiene fundadas esperanzas en España, donde en 2007 llegaron a venderse la cifra récord de 4,7 millones de botellas de champán, “por tratarse de un mercado con una arraigada cultura del vino espumoso de calidad y por su emergencia turística y gastronómica”.
Opina, sin embargo, que excepto en Catalunya, Madrid, el País Vasco, Málaga, Marbella y las Islas Baleares, el mercado español “aún no es lo suficientemente maduro”. Vinyals también ve “grandes oportunidades” de crecimiento en el continente africano (especialmente en las ex colonias francesas), en la Europa del este, en América latina y en Asia. Afirma que cava y champán no pueden compararse puesto que, a pesar de ser ambos vinos espumosos de calidad elaborados bajo el método tradicional, “son productos diferentes”. No se atreve a afirmar que el champán sea mejor que el cava pero no tiene inconveniente en reconocer que “el champán ha sido capaz de desarrollar muchísimo más su valor añadido que el cava”.
También considera como un demérito del sector del cava no haber conseguido un modelo organizativo como el del Comité Interprofessionnel du vin de Champagne, o sea, una interprofesional en la que las maisons solo ostentan el 10% de la superficie agrícola. De hecho, en la Champagne, donde se produce el vino efervescente más vendido (308 millones de botellas en 2012) y prestigioso del planeta, no deja de causar asombro que un kilo de uva se pague en el sector del cava a una media situada por debajo de los 40 céntimos.
En Laurent Perrier, según Vinyals, se paga una media que ronda los 5 euros por kilo. También apunta que “las maisons de Champagne tienen muy claro que venden un vino pero también ilusiones y lujo. A diferencia de otras firmas, el lujo para Laurent Perrier no es la ostentación, sino un concepto epicúreo, la elegancia de la simplicidad, la pasión del artesano por el trabajo muy bien hecho, una expresión del arte de vivir a la francesa”. Dice que cree estos valores con los que se identifica serán cada vez más importantes.
Aunque las ventas reflejan un descenso de importaciones de champán y que la crisis sin ha restado ventas, el futuro del champán en España es positivo en la opinión de Antonio Escofet, el director comercial del Grupo Bodegas Chivite, que importa en exclusiva para España los champanes de la maison Taittinger. Entiende que “el champán ha entrado en el mercado en la última década, y ha entrado para quedarse”. Cree también que “el descenso de ventas es coyuntural debido a la situación del mercado por la crisis, pero dentro del descenso de ventas hay distintos comportamientos. Uno de los motivos principales del descenso lo encuentro en la reducción de los presupuestos en los eventos, banquetes, bodas (mercado en el que el champán había entrado con mucha fuerza en los últimos años) que lleva a menos invitados y a una reducción del gasto. Pero, por el contrario, la venta en el mercado de alto nivel sigue creciendo, aunque en establecimientos concretos”. Escofet no deja de reconocer que también evoluciona muy positivamente el mercado turístico de calidad, que es un consumidor habitual de champán.
El director comercial de Chivite no tiene dudas de que cava y champán no deberían de compararse: “son dos momentos, circunstancias y consumidores distintos”. Dicho esto apunta que “la alta restauración y el éxito mundial de nuestra cocina es, sin duda, un gran apoyo al consumo del champán puesto que sus clientes están acostumbrados a tomar lo mejor sin importar en nivel de precio.
El gran trabajo de la restauración en España ayuda a todos; a la imagen del país, al desarrollo de vinos españoles (donde sí tenemos vinos con imagen y calidad, reconocida internacionalmente) y es un fuerte apoyo a todo el mercado turístico en general, y un motivo de captar a este cliente de alto poder adquisitivo”. Taittinger es la tercera marca de ventas en España: una de las pocas marcas internacionales que siguen siendo propiedad de la marca que lleva su apellido. Su presidente, Pierre Emmanuel Taittinger dirige la empresa acompañado por sus hijos, Vitali, responsable corporativa y de diseño, y Clovis, responsable de la exportación.