Champagne Lanson, período de transición
Esta Maison, creada en el siglo XVIII, y una de las más antiguas de la Champagne, pasa en estos momentos por un cambio que, si bien no será revolucionario al 100%, ya que el estilo Lanson se debe preservar por encima de todo, sí puede ser muy importante y seguro que dejará su particular sello. Jean-Paul Gandon, chef de cave desde 1986, está traspasando sus conocimientos y “savoir faire” al que será su sucesor, Hervé Dantan.
Con este último, tuvimos el placer de charlar un rato en nuestra visita a la Maison Lanson, y nos dio muy buena impresión. En nuestra opinión, la continuidad y futuro de estos champagnes quedarán en buenas manos.
Los inicios
Una concatenación de circunstancias y personas con grandes inquietudes aparecen en la creación de esta longeva Maison allá por la segunda mitad del siglo XVIII. Concretamente, en el año 1760, François Delamotte, crea su propia casa de champagne, siendo hoy en día una de las cinco más antiguas de esta zona vitivinícola. Justo antes del inicio del siglo XIX, en 1798, Nicolas-Louis Delamotte, Caballero de la Orden de Malta, asume la responsabilidad y adopta la Cruz de Malta como símbolo de la marca.
Como es bien conocido, a día de hoy, dicha imagen, un poco más estilizada, sigue apareciendo en las botellas de la casa. Ello indica que Lanson sigue ligada a sus orígenes aunque, evidentemente, su imagen se ha ido adaptando a lo largo de los tiempos.
A un buen amigo de la casa, Jean-Baptiste Lanson, que conocía la bodega desde 1828, y ante el fallecimiento de Nicolas-Louis, se le plantea que sea él quien asuma la dirección y acepta. A partir de allí, la Maison coge el nombre “Lanson, Père et Fils” (Lanson, Padre e Hijos). Un hermano de Jean-Baptiste, Victor-Marie Lanson, se convierte en director general en 1855 y, con la firma en 1882 de un acuerdo de representación, en exclusiva, con la empresa Percy Fox, comienzan a desarrollar las ventas en Europa y otros países. Este acuerdo, a diferencia de los que hoy ser firman entre grandes empresas, estaría vigente durante 100 años.
Todo un récord.
El siglo XX y la actualidad
El inicio del siglo pasado estuvo marcado, entre otros, por una circunstancia que haría de Lanson una marca conocida y reconocida internacionalmente: la Reina Victoria de Inglaterra, concede a Lanson la famosa Royal Warrant, como proveedor oficial de la Casa Real de Inglaterra, distinción que sigue vigente en la actualidad. También fueron proveedores durante un cierto tiempo de algunas casas reales europeas, como la sueca y la española (Alfonso XIII).
En los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, Lanson adquieren muy buenos viñedos, y se toma la decisión de centrarse en las ventas de Champagne Brut “Non Vintage” (sin añada), a los que bautizaron como Black Label (etiqueta negra).
En el año 1972, se incorpora a la Maison quien sería y es todavía, el “alma mater” de los vinos de esta antigua Maison: Jean-Paul Gandon. Este originario de la población de Touraine, estudió viticultura y enología en una de las cunas de la Borgoña, en Beaune, y después de estar durante 16 meses en bodegas del norte de Africa, regresa a Francia para trabajar en la zona más prestigiosa del país: la Champagne. Después de evolucionar dentro de la organización, en 1986 se convierte en el “wine-maker” de Lanson.
Una de las características principales de esta casa es que no utilizan la maloláctica. Jean-Paul Gandon comentó, con motivo del 250 aniversario de la bodega en el 2010, que “a lo largo de estos 250 años de existencia, la Maison Lanson no ha utilizado nunca la fermentación maloláctica para crear sus champagnes y nunca lo hará”.
Esta es una de esas características que el nuevo Chef de Cave, Hervé Dantan, tendrá que mantener en el futuro, y que define en gran manera el estilo de sus champagnes. A pesar de su juventud, nació en 1965, tiene una larga experiencia, ya que en 1991 se convirtió en el “wine-maker” de otra prestigiosa Maison de la Champagne. Hervé, hijo de vigneron, se incorporó a Lanson en Julio de 2013 (en breve hará dos años), con la idea de ser la persona clave que llevará a la bodega a conseguir nuevos objetivos, pero manteniendo el estilo único que hace que sus champagnes sean especiales y muy reconocidos a lo largo y ancho del globo.
Actualmente, se embotellan alrededor de 5 millones de botellas, de las que un 25% se quedan en Francia para su consumo, y el 75% van para exportación. Reino Unido es el país de mayores ventas a nivel mundial (el 50% del volumen total). La excelente relación con la Casa Real Británica desde inicios del siglo XX, así como su patrocinio del torneo de Wimbledon, del que es proveedor oficial desde el 2001, seguro que han sido las mejores cartas de presentación para que sea la segunda marca líder en UK (fuente Nielsen Reino Unido).
A la hora de elaborar sus champagnes, la uva predominante en esta casa, tal y como nos comenta Hervé Dantan, es la Pinot Noir. La Chardonnay también es importante, pero no tiene, ni mucho menos, el peso de la primera, y por supuesto, la Meunier tiene una presencia menor, sin llegar a ser residual. Esta combinación y el hecho de que no utilicen maloláctica, imprime el carácter a los champagnes Lanson.
Para hacer sus vinos, procuran realizar la vinificación, en la medida de lo posible, por parcela, lo que les permite luego trabajar con más exactitud a la hora de hacer los cupages. Utilizan mayoritariamente depósitos de acero inoxidable, pero desde el 2014, también han empezado a trabajar con barricas.
Como no toda la uva que utilizan para elaborar sus vinos es de propiedad (así sucede en la mayoría de las Maisons), los vignerons son una parte fundamental de su engranaje. Es por ello que “el contacto con los propietarios de los viñedos es muy importante y han de formar parte del proceso”. De hecho, para catar los vinos, además de las 8 personas que forman el equipo de degustación, hay ocasiones en las que invitan a los productores para que puedan opinar y ver el resultado final.
Una particularidad o curiosidad de la Maison Lanson es su Clos. Nadie se imagina que haya un Clos en una población como Reims… pues ahí está. Su Clos, plantado hace 20 años, está en medio de la ciudad, concretamente en la parte superior del recinto donde están las oficinas. Es una hectárea de chardonnay, y la primera añada, que será la del 2015, será recolectada por los propios trabajadores, que ya esperan ese día con muchas ganas. Un par de curiosidades al respecto de este Clos: tiene constantemente una especie de hilo musical. Han comprobado que el hecho de que siempre haya música en el Clos evita algunas enfermedades. La segunda es que, situados en medio de los viñedos del Clos, se pueden ver los tres estandartes representativos de Reims: la viña, representada por el propio Clos; el rugby, ya que se ve desde allí el Stade; y finalmente, la Catedral.
Quick Wine Test a Hervé Dantan
Una bodega:
Romanée Conti
Un tipo de uva:
Chardonnay
Una zona vinícola:
Champagne y Borgoña
Un champagne debería ir acompañado de:
Alguien que aprecies
Termine la frase: "El champagne es..."
L'amour