Bodegas Mauro: El maestro, el Duero y la tierra

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Mariano García, el maestro, la creó en un pueblo que lleva al glorioso río por apellido, Tudela de Duero y a sabiendas que estaba fuera de la mítica Denominación de Origen. Lo hizo en los años en que la Ribera del Duero empezaba a vivir momentos de gloria, pero poco le importó. Mariano García tiene su propia indicación geográfica de calidad: su propio nombre. Nacieron Bodegas Mauro en 1978 ostentando orgullosas el nombre del padre de Mariano. En una casona del siglo XVII en el centro de la castellana ciudad y con unas pequeñas viñas viejas que un amigo le ofreció porque iban a arrancarlas.

Mariano Garcia, Bodega MauroMariano GarciaNo se lo pensó dos veces Mariano García cuando, hace exactamente 36 años, un buen amigo le dijo que si quería quedarse con unas cuatro hectáreas de  viñedo viejo entre Santibañez y Tres Pinedos: “Me la pagas cuando quieras y haces con ella lo que quieras, porque si no la quieres para nada, yo la voy a arrancar”  Mariano se la quedó. A los dos años, el mismo amigo le dijo “Mariano, si quieres quedarte con la casa de mi parienta La Tomasita, te la vendo a muy buen precio porque la vamos a tirar

Mariano se la quedó, por supuesto. Una buena casona, típica castellana, de fachada de ladrillo y arco de piedra. Había pertenecido a la susodicha Tomasita, antepasado del buen amigo y dama de la Corte de Valladolid que pasaba temporadas en Tudela de Duero, sólo distante de la capital unos 20 kilómetros.

Eduardo Garcia, de Bodega MauroEduardo Garcia, hijo de Mariano GarciaMariano García era a la sazón enólogo responsable de los vinos de la Bodega Vega Sicilia, donde su padre había trabajado siempre y donde él había nacido. Tenía entonces 54 años y andaba ilusionado con un proyecto personal y diferente. Además, ¿qué iba a hacer con las uvas de  sus cuatro hectáreas? Tendría que vinificarlas. Pensó que aquella casona podría ser la primera piedra de eso proyecto que barruntaba. “Me gustaba mucho el Mercedes -dice- pero también me gusta el Audi, por eso quería hacer otra cosa”

Grande, con gran patio atrás y buen sótano, Mariano la transformó poco a poco y convirtió el patio y parte de las cuadras en una nave de vinificación, el sótano en bodega de crianza, algunas habitaciones del primer piso, sin duda dormitorios de la familia, en “dormitorios“ de barricas, el zaguán amplio y empedrado por donde entraban los carros en mesa de cata y recepción... . Fueron ampliando poco a poco y ya en el 97, se puede decir que la casona de la Tomasita ya había cambiado sus entrañas y estaba completamente adaptada a bodega. También ese año fue cuando se incorporaron a la bodega los dos hijos de Mariano Garcia, que andaban estudiando y preparándose por el mundo.

CUPOS DESDE EL PRINCIPIO

Mauro existe como marca está desde el año 78 y desde su nacimiento se establecieron unos cupos para poder tener acceso a los Mauro, fórmula heredada sin duda de Vega Sicilia. En el 85 hay una pequeña subida de los cupos puesto que ya Mariano se había hecho con más viñedo.

Más o menos en el año 2000, compraron un gran solar a la entrada de Tudela para poder construir poco a poco una bodega completamente nueva y diseñada a la perfección por Chus Manzanares, arquitecto de renombre con experiencia de grandes bodegas al más puro estilo californiano. Ya está en pleno funcionamiento, pero no obstante a Mariano le gusta que los vinos vengan aquí, a casa de la Tomasita, donde se alinean, en lo que eran antiguas cuadras, lo que queda del Mauro 2010,  Tiene sitio de sobra en la nueva bodega, pero prefiere trae vino aquí, y así evitar montar barricas en tercera o en cuarta.

Dejamos Tudela, la bodega casona, y nos vamos a la nueva y flamante Mauro. Una gran entrada, jardines, árboles, espacios muy grandes, limpieza de líneas, estilo Manzanares, estilo California y bodegas del Nuevo Mundo. La nave de elaboración y la cámara fueron las dos primeras en construirse. Las uvas llegan muchas de ellas en tiempos de vendimia, por la tarde y a temperaturas altas. En cajas de tan sólo 8 kilos para que puedan moverse bien, y completamente paletizadas. En la gran cámara puede meter hasta 40.000 kilos de uva que al día siguiente se empiezan a elaborar completamente frescas.

La fermentación siempre se hace con un pie de cuba propio pues tienen las levaduras activas y en el momento idóneo pueden ser inoculadas. Los vinos hacen fermentación maloláctica en tina o en barricas, dependiendo de las parcelas y del vino que quiera elaborar. Mariano se jacta de no tener una norma de elaboración. Va haciendo lo que el vino le va pidiendo. En opinión de Mariano, la maloláctica se hace mejor en envases grandes pero hay partidas de uva que le interesa que las haga en barricas pequeñas.

Las naves de elaboración  por tanto disponen de una amplia oferta de tamaños de depósitos y tinos. Y también una oferta extraordinaria de barricas de diferentes tonelerías, por supuesto todas de primera calidad. . “No es lo mismo ir por una autovía que por una comarcal de montaña -dice el gran maestro- Cada vino necesita su vehículo diferente. Cada uno necesita una filosofía. No hay que seguir las modas. No hay que volverse loco, todo es mucho más sencillo. Para mí la única norma es tener una buena materia prima, la mejor. Si vemos que una barrica nueva ya ha hecho su función en el tiempo que sea, pues la quito. Es de sentido común. ¡¡Depende todo tanto de cada cosecha!!

Aproximadamente cambian cada año el treinta y tres por ciento del parque de madera. A Mariano le gusta mucho jugar con ellas y no niega que pueda en  disponer de barricas de más de cuatro años, porque a veces le interesa que así sea. Es un gran malabarista de la barrica...   

LA TIERRA DE TERREUS

Eduardo Garcia (derecha) nos enseña las parcelas de la bodegaMe voy con uno de sus dos hijos, Eduardo, a conocer los viñedos que están bastante repartidos por distintas zonas. En total son viñedos en 12 parajes diferentes, que suman unas 65 hectáreas propias. Él ha estudiado Enología y Viticultura en Burdeos, luego en Borgoña y California, trabajó en Ridge Montebello, un mito en California y me confiesa que no quería trabajar con su padre... Lleva con él 13 años, si llega a querer…. “Mi padre es un tipo muy elegante. Tiene mucho sentido común. Somos muy diferentes pero tomamos las decisiones entre los tres siempre”.

Paraje de la Cueva Baja, una parcelita de sólo 730 metros, arcilla y arena,  y que produce no más de 8.000 kg de tinto fino, todas para el Terreus, si el año y el tiempo lo permite. Si no, no hay Terreus, Es la gran estrella de la casa, el niño de los ojos de Eduardo, que lo lleva muy directamente, siempre con su padre, claro. Vio la luz por en 1996 y que no salió ni en el 2000, ni en 2002, ni en el 2007.

De viña en viña, calcáreas arcillosas, laderas, espalderas unas, la mayoría en vaso...  “Tenemos sólo 13 ha. en espaldera. Funciona bien para los primeros años de la vid pero a los 15 años, empieza a dar problema.” En todas están prohibidos los abonos de síntesis y se utiliza azufre líquido con ortiga, que hace que circule mejor la savia, cola de caballo, ajo que repele a los ácaros, caldo bordelés y pare usted de contar.

Nos vamos a Mamblás, al Esparragal, otra parcela, bonitos vasos donde una puede sentarse como en una silla de ecologista diseño.  Además de tinto fino, Mariano plantó syrah en el año 84 pero esperó hasta doce años para usarla, ya crecidita, en sus Mauro, la marca de mayor producción, los primeros que vieron la luz.

En el “cementerio” tienen guardadas botellas de todas las añadas de sus vinosEn el “cementerio” tienen guardadas botellas de todas las añadas de sus vinosTras el paseo por las viñas, y ya en la bodega moderna, Mariano García, siempre generoso, siempre repartiendo sapiencia, como todo buen maestro, sigue dando pautas “Me gusta que el vino conozca las estaciones. Posiblemente estaremos a 12º y no quiero que se climatice la bodega hasta finales de julio cuando haga más calor...” mientras va metiendo el dedo en cada barrica para comprobar si está completamente llena... Con una humedad de un 70 y 85% y con este roble de grano extrafino, no podemos tener más que las mermas normales”

Mauro, Mariano, Alberto, Eduardo... continúa la saga de los García, que siguen discutiendo pero siempre llegan a un acuerdo. Personas de mucho y carácter, tienen sus propios criterios y gustos y menos mal que son tres a decidir, porque así nunca puede haber empate. A Mariano le gusta, por ejemplo, un toque ligeramente reductivo. Que el vino, como dice él, relinche. A su hijo Eduardo no le gustan los vinos del Nuevo Mundo, todos tan uniformaditos, y correctitos... sin alma.... prefiere encontrar ligeros defectos a esa tremenda igualdad.

Mientras probamos para despedirnos, un Mauro VS 2009, que en ese momento llevaba sólo tres meses embotellado y que para Mariano “está perfecto” Dice que evoluciona tanto y tan rápido que no está seguro que gane en botellero. Para su hijo no: “La nariz poco definida”  dice....

Y les dejo discutiendo. Tres vinos, tres almas, tres personalidades y un solo Mauro por encima de todos.

Web: www.bodegasmauro.com

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