Bodega Vega Sicilia. La gran inversión
Fundada en 1864, es el icono del gran vino español y un mito dorado en la cultura del vino universal. 150 años se cumplen de su fundación y tras su azarosa vida -ha pasado por varias manos desde su nacimiento- siempre supo mantener intacta la aureola y el glamour de sus vinos. Desde 1982, en manos de la familia española Álvarez, y comandada enológicamente por la serena, sensata y sabia mano del enólogo Xavier Ausás. Las grandes inversiones que se acometen en esta mítica firma son constantes y sólo para propiciar la única meta que esta firma tiene: la búsqueda de la excelencia. Invierten grandes cantidades de dinero para producir lo mismo, pero mucho mejor. Ni una botella más. No hay camino para la calidad; la calidad es el camino.
Seis ampliaciones y reformas han acometido los actuales propietarios desde que compraron la bodega en el año 1982. La última, una espectacular nave de elaboración, completamente nueva. “Hemos ganado con esta nueva nave muchísima precisión en la elaboración de nuestros vinos, pero también muchísimo más trabajo”, confiesa Xavier Ausás, el director enológico de la firma desde hace años. También nueva tonelería. Ambas construcciones situadas justo detrás de los primitivos edificios, y la capilla de Santa Cecilia, que de ahí debe venir lo de Sicilia. Sobrias edificaciones de ladrillo con marcado carácter castellano que conforman esta especie de ciudad-estado república independiente dedicada al gran vino, a unos 40 kilómetros de Valladolid, justo a pie de la carretera nacional 122, en plena Milla de Oro de la Ribera del Duero.
Aunque la carretera pasa por su misma puerta, la elegancia de Vega Sicilia se manifiesta también precisamente por su poca “manifestación”. La casa del gran vino español se esconde discreta tras una exuberante frondosidad y tras unos sencillos carteles que indican al viajante que se encuentra ante el sancta sanctorum del vino español. Son muchos los que paran el coche y se hacen fotos ante el cartel indicador.
Unos jardines espectaculares, al más puro estilo japonés, con 300 tipos de árboles y probablemente la mayor colección de arces japoneses, unos 30, que existen en nuestro país. Lagos, bucólicos puentes, no puede faltar la casa de madera casi flotante sobre el lago.... Un bello escenario que ha costado más de 25 años ponerlo completamente en marcha, producto de la gran pasión que Pablo Álvarez, director y consejero delegado siente por la naturaleza.
No sabemos si hace 150 años, cuando estas tierras eran propiedad del Marqués de Valbuena (de ahí el otro nombre de la otra legendaria marca de la casa, el Valbuena 5º Año), habría algunos árboles por aquí, pero nada de lo que hoy es esta ciudad –estado república independiente llamada Vega Sicilia, existía como tal.
Alcornoques, robles y cepas
Y desde luego, lo que no había con toda seguridad eran robles y alcornoques, que están siendo plantados en las parcelas más cercanas al Duero para preservar los viñedos, incrementar la masa vegetal y la biodiversidad de la finca, y ¿por qué no? tal vez en un futuro muy lejano, utilizarlos para corcho o duelas de barrica. Porque en esta casa todo se hace con visión de futuro. “Si los alcornoques necesitan cuarenta años para poder obtener de ellos buen corcho y los robles nada menos que doscientos años para proporcionar madera de calidad para las barricas, ya me dirás... ....” comenta Xavier Ausás.
Poco a poco, tiempo y espera... Espera a las nuevas cosechas, espera de los clientes para conseguir cupos... Estamos en Vega Sicilia. Nada de prisas.
Del País Vasco llegó el hacendado Lecanda que adquirió la finca a mitad del siglo XIX a su noble propietario. Ni rastro de viñedo. Los plató algunos años después, pocos, su único heredero, que trajo muchas variedades de sarmientos franceses a estas tierras castellanas por primera vez en la historia del viñedo español y convirtió parte de la finca en bodega. Allí elaboraban de todo, brandy, cognac, olorosos, claretes, licores, todo lo que se consumía a finales del siglo XIX. Ni rastro aún de Vega Sicilia ni del nombre. Las diferentes elaboraciones que hacía llevaban su nombre: Eloy Lecanda.
Más o menos a principios del siglo XX la bodega se vendió y los nuevos responsables de la misma empezaron a elaborar vinos con criterios más modernos para la época, siguiendo fielmente el modelo bordelés, y crearon en 1915, las dos marcas míticas, Vega Sicilia y Valbuena que según mis cuentas, el año que viene cumplirán ambas 100 años. Habrá que celebrarlo.
La propiedad siguió pasando por diferentes manos, aunque sus dos marcas y la filosofía y el buen hacer de sus enólogos, que felizmente se mantenían y sucedían, contribuyeron a la construcción de esta gran leyenda.
Leyenda que comienza en la tierra, en la cepa y a ellas me acerco con curiosa veneración, a sabiendas que el suelo es el aparato digestivo de la cepa, y la barrica es la sal del entrecot. Buenas comparaciones que he aprendido en esta casa y que no voy a olvidar, ni el inteligente lector tampoco.
Constante rotación
La finca tiene aprox. 1000 ha y de ellas dedica 200 al viñedo. De estas 200 hectáreas siempre hay 50 en rotación de manera que la edad media del viñedo es de 35 años.
Hay cepas de más de 80 años cuyas uvas van para el Único. Hay cepas muy viejas que son la base genética que se lleva al vivero de palos de sus propios viñedos.
Hay 2.200 cepas /ha con el marco de 3’5 x 1’5 m.
Hay 20 tipos de suelos que diferencian a las parcelas y cada parcela tiene un patrón y cada patrón va a un depósito.
Suelos extremos, cantos rodados junto al rio y otros muy arenosos. Semiáridos en pleno verano. En sus suelos se encuentra rosas del desierto!! No se usan herbicidas. Sólo laboreo con pequeños tractores. No hay cubierta vegetal. Hay trampas para las mariposas con feromonas para engañarlas en pequeñas casetas que se distribuyen por el viñedo.
Sólo para ocuparse del viñedo y de la tierra la casa Vega Sicilia emplea 50 personas fijas todo el año!!! Se desinfectan las tierras plantando previamente a la vid, otros cultivos que les aportan las sustancias y minerales necesarios.
Con tan excelsos cuidados, las cepas se expresan de manera diferente y sus frutos desarrollan características peculiares. Para enfatizar en esta singularidad, se ha construido esta nueva nave de elaboración. Se busca profundizar en las raíces de cada parcela y en el alma de cada lote. Todo ello unido a su tradicional sistema de crianza, convierte la leyenda en realidad: Vega Sicilia Único, Reserva Especial o Valbuena 5º Año
Xavier Ausás resume de manera muy didáctica este sistema de crianza. “Una primera fase de musculación con barricas nuevas que le proporcionan estructura. Otra segunda, de educación, en barricas usadas de tercer y cuarto año que ensambla los aromas de la fruta y la madera y proporciona armonía. Pero la madera vieja cansa al vino y tiene que afrontar la tercera fase, la de la recuperación en grandes tinos de roble”.
Web: www.vega-sicilia.com