Abadal 3.9 Vino de Finca Calificada celebra 25 años de su primera añada.
La bodega ha querido compartir esta fecha tan señalada con sus principales clientes restauradores del país. Miquel Palau, enólogo de Abadal, ha conducido una cata vertical única de algunas de las añadas más especiales, incluyendo la primera, la de 1999.
Este otoño se celebran 25 años desde que salió al mercado la primera añada del vino Abadal 3.9 Vino de Finca Calificada, la de 1999. Este es uno de los vinos más icónicos y emblemáticos de la bodega desde sus inicios, en 1983, cuando Valentí Roqueta fundó Abadal con la intención de poner en valor el potencial vinícola del Bages. Durante todos estos años, Abadal 3.9 ha sido una inspiración y referente para los demás vinos de la casa y ha marcado un camino de trabajo que perdura hasta hoy.
De 1984, la viña 3.9 -polígono 3, parcela 9- es una de las más antiguas de la finca, plantada en vaso y con un suelo de piedra caliza sobre arcilla roja, situada a 350 metros de altitud con un 15% de pendiente. El paisaje boscoso que rodea la finca define y enriquece este vino con un amplio registro aromático y balsámico, características muy presentes en el estilo de los vinos de la bodega.
Ayer Abadal quiso compartir este hito tan especial, las 25 vendimias, con sus principales clientes restauradores del país. Primero, pisando la viña que da origen al vino, donde los asistentes recibieron la bienvenida por parte de Valentí Roqueta, fundador y presidente de la bodega.
A continuación, se realizó una cata vertical de ocho de las mejores añadas de Abadal 3.9 Vino de Finca Calificada, dirigida por el enólogo Miquel Palau. Entre las añadas degustadas se encuentra la primera, la de 1999, que salió al mercado en 2002, y también la más reciente, la futura añada de 2024. Este singular recorrido incluyó además las añadas de 2001, 2007, 2010, 2012, 2014 y la de 2018.
Con 25 vendimias a sus espaldas, Abadal 3.9 es un vino que, añada tras añada, pretende evocar el carácter de Abadal con los balsámicos como denominador común. En esta cata vertical de añadas seleccionadas, los presentes pudieron apreciar de primera mano la evolución y maduración del vino a lo largo de los años: desde la primera, la añada de 1999, con matices de regaliz, raíces, especias y balsámicos, fruta que se abre hacia la fruta confitada y recuerdos a vinos rancios almibarados; la añada de 2007, donde destacan la concentración, la estructura y una tanicidad más presente, con notas balsámicas y recuerdos de hoja de laurel; la añada de 2012, en la que el carácter más representativo de Abadal 3.9 está muy acentuado, en un vino muy equilibrado, goloso y aromáticamente complejo; o la añada de 2018, donde se intensifican la mineralidad y la continentalidad, con sensaciones de anís, pino y romero, y fruta roja ácida de bosque.